15 de febrero de 2012

7° Domingo del Tiempo Ordinario, Marcos 2, 1-12


Proclamación de la Buena Noticia según San Marcos

1Entró de nuevo en Cafarnaún y, pasados unos días, se supo que estaba en casa. 2Se congregaron tantos que ya no se cabía ni a la puerta, y él les exponía el mensaje.
3Llegaron llevándole un paralítico transportado entre cuatro. Como no podían acercárselo por causa de la multitud, levantaron el techo del lugar donde él estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico.
5Viendo Jesús la fe que tenían, le dice al paralítico:
-Hijo, se te perdonan tus pecados.
6Pero estaban sentados allí unos letrados y empezaron a razonar en su interior:
7-¿Cómo habla éste así? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados más que Dios solo?
8Jesús, intuyendo cómo razonaban dentro de ellos, les dijo al momento:
-¿Por qué razonáis así? 9¿Qué es más fácil, decirle al paralítico «se te perdonan tus pecados» o decirle «levántate, carga con tu camilla y echa a andar»? 10Pues para que veáis que el Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados... -le dice al paralítico:
11-A ti te digo: Levántate, carga con tu camilla y márchate a tu casa.
12Se levantó, cargó en seguida con la camilla y salió a la vista de todos. Todos se quedaron atónitos y alababan a Dios diciendo:
-Nunca hemos visto cosa igual.                             
Palabra del Señor

I INTRODUCCIÓN
Estamos en el séptimo domingo del tiempo ordinario y continuamos leyendo el evangelio de Marcos. Ya hemos leído el capítulo uno, hoy avanzamos en este camino que la liturgia nos ofrece para reflexionar sobre Jesús y su ministerio. En esta ocasión el texto se centra en el perdón de los pecaos de un paralitico, hecho por el cual los letrados quedan fríos y acusan a Jesús de blasfemia. Este texto refleja el inicio del conflicto de Jesús con las autoridades judías, los siguientes textos nos presentarán el conflicto progresivo entre Jesús y la autoridades hasta el punto que amenazan a Jesús de muerte (Mc 3,6)[1] Veamos el texto primero y luego lo ponemos a la luz de nuestra realidad.




II EL TEXTO
Esté texto cuenta en sí con muchos símbolos. Veamos algunos: La casa en la que están representa la casa de Israel a la que todos quieren entrar pero esta llena, sólo los que cumplen y llegan primero entran; el pueblo aglomerado afuera representan aquellos que no tienen acceso a Dios porque la religión bloquea su acceso a Dios; la enfermedad o parálisis de aquel hombre representa el pecado social que no permitía al pueblo acercarse a Dios;  los cuatro hombres representan los cuatro puntos cardinales y significa la universalidad del mensaje Jesús, “representan la humanidad no israelita, que viene en busca de salvación. Jesús les ofrece esa salvación dándoles la misma vida que a los judíos”[2]. La muchedumbre apelotonada, les impide llegar hasta Jesús. Israel que había sido cauce de salvación, es ahora el obstáculo para alcanzarla. El pueblo elegido (la puerta), está ahora obstruida, no permite el paso.

III ESTUDIO
Entró de nuevo en Cafarnaún y, pasados unos días, se supo que estaba en casa
Siguiendo la secuencia narrativa del capitulo uno, el redactor inicia este pasaje diciéndonos que Jesús había regresado a Cafarnaún (no dice después de cuanto tiempo). Cafarnaún es el lugar donde la gente acoge su ministerio de Jesús pero luego éste tiene que ocultarse por su relación con un leproso y porque la gente lo seguía a todos lados de la ciudad. Él salió de Cafarnaún hacia las otras ciudades de Galilea para predicar la buena noticia del reino de Dios (Mc 1,39). La familia de Pedro alojaba a Jesús luego de sus viajes por las ciudades vecinas (Mc 1, 29-31). Jesús regresa y quería pasar desapercibido por los demás pero la gente supo que Jesús estaba en casa (de nuevo se refiere a la casa de la suegra de Pedro) y se congregaron tantos que ya no cabían en la casa. Todos estaban fascinados por conocerle y oírle hablar del reino de Dios.

Él les exponía el mensaje
Jesús ha vuelto a la ciudad y continúa con el mensaje del reino de Dios. Obviamente después de reflexionar su ministerio sobrepasando la tentación de la fama y poder Jesús predica el mismo mensaje del amor de Dios pero no con sentido nacionalista sino universal, por ello va a predicar a otras regiones. La gente acudía a él en masa, por ello Jesús debe exponer con claridad el mensaje para que todos lo entiendan y caigan en la cuenta de una vez por todas lo que quiere Dios para la humanidad.

Llegaron llevándole un paralítico transportado entre cuatro
Cuatro personas llevan cargando a uno que no puede movilizarse por sí mismo, probablemente eran sus familiares (hijos) o sus amigos que querían que este conociera a Jesús. “El paralítico viene también a escuchar a Jesús, no viene a que lo cure. Para los judíos la parálisis es una enfermedad incurable por entero.”[3]

Abrieron un boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico
Hay que destacar el ingenio de estos cuatro hombres, aunque se les niega la entrada a la casa porque no cabía ni una pulga, estos se animan a subirse al techo y abriendo un agujero descuelgan al paralítico. Para comprender esto es necesario saber la arquitectura básica de las casas del siglo primero. Generalmente había una escalera por la parte de afuera desde la cual se podría subir al techo de la casa, de esta forma es como estos ingeniosos hombres suben al paralítico hasta el techo. ¿Se imaginan la rabia que debió haber sentido Pedro al darse cuenta que unos extraños se subieron al techo y le abrieron tremendo hoyo? Se prueba ante todo que estos hombres tenían fe, que tenían confianza del poder de Jesús y de su voluntad de ayudar[4].

Viendo Jesús la fe que tenían, le dice: -Hijo, se te perdonan tus pecados
Lo llama hijo, reconociendo la fe del hombre y porque éste muestra su deseo de adherirse al mensaje de Jesús. Por ello brotan las palabras de Jesús de perdón de los pecados. Es notable el hecho de hablar del perdón de los pecados por parte de Jesús es un rechazo a la creencia de los judíos que pensaban que una persona sufre en esta vida es por los pecados que ha cometido  o por los pecados de su familia. Que era Dios quien castigaba al ser humano con enfermedades. Jesús libera a aquel hombre de esas creencias y le aclara que Dios no tiene nada contra él, tus pecados no son tenidos en cuenta. Es una manera excelente de expresar lo que es el perdón de Dios. Tu actitud presente es lo importante. Lo anterior no cuenta para Dios. No debe contar tampoco para ti[5].

¿Quién puede perdonar pecados más que Dios solo?
Jesús con naturalidad aclara al hombre que Dios no tiene nada contra él. Pero los letrados, que representan la doctrina oficial que dominaba al pueblo, escucharon las palabras de Jesús y no aceptan que un hombre pueda hablar así, entonces  acusan a Jesús de blasfemia porque éste quiere tomar el lugar de Dios. Estos son los adversarios de Jesús y he aquí que inicia la persecución por el reino, ellos ahora lo observan, pues ven en peligro la credibilidad de la autoridad judía y el derrumbe de las exigencias que ellos han hecho cargar al pueblo.



¿Qué es más fácil, decirle al paralítico «se te perdonan tus pecados» o decirle «levántate, carga con tu camilla y echa a andar»? 
Si ponemos atención nos damos cuenta que lo que está en cuestión no es el milagro en sí, sino las palabra que Jesús dice, lo que sale de la boca de Jesús es lo que los letrados cuestiona.

Pues para que veáis que el Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados...
Los letrados creían que sólo se pueden perdonar los pecados de dos formas, mediante la purificación en el templo ofreciendo sacrificios  y también por el esfuerzo personal del pecador con ayunos, oraciones y penitencias; pero nunca que un hombre perdone los pecados de otro, eso sólo lo puede hacer Dios. Pero Jesús les reta, ¿Qué es más fácil decir “Se te perdonan tus pecados o anda, levante?” Pues para que vean que el hombre puede hacer las dos cosas perdona los pecados del hombre y lo levanta. “El razonamiento de Jesús es el siguiente: Al curar la parálisis, que es absolutamente incurable, les demuestro que lo que a ustedes les parece imposible, perdonar pecados, es posible para un hombre. No sólo Dios perdona los pecados. El hombre está autorizado para perdonar pecados.”[6]

-A ti te digo: Levántate, carga con tu camilla y márchate a tu casa
Aquí hay un paralelo entre la curación de la suegra de pedro y el paralítico. El evangelista usa el mismo verbo en los dos casos: Levantar, que como hemos dicho significa los mismo que resucitar[7] en griego. Perdonar y curar son dos cosas que van unidas, también aquí hay mucha similitud con el leproso, al leproso lo limpia, es decir que le restituye la amistad con Dios y le devuelve la vida, lo resucita lo mismo sucede con el paralítico. Tanto el leproso como el paralítico eran considerados incapaces, inservibles, muertos. Pero Jesús les da vida a ambos, los levanta. Entonces el hombre se levantó y se fue a su casa por su propia cuenta, ya no existe la causa, “el pecado”, han sido pasados por alto por lo tanto tampoco existen los efectos, la invalidez. “Nada se hubiera conseguido si hubiera quitado el efecto sin eliminar la causa.”[8]                                                                                                                                        

-Nunca hemos visto cosa igual
Toda la gente queda admirada, lo que nunca habían visto es que un hombre perdonara los pecados, se admiran por el hecho del perdón y eliminación de los efectos. Claramente Jesús creía que Dios no impone enfermedades a los que se portan mal, por ello le perdona y lo levanta. El hecho que el inválido se levante y salga caminando hace callar a todos incluyendo a los letrados

IV REFLEIXÓN
El evangelio nos ha situado ante un hecho singular en el nuevo testamento, el perdón de los pecados, este es uno de los pocos textos en los que Jesús relaciona el perdón de los pecados con una sanación. Como hemos visto en el estudio detallado de este texto encontramos muchos elementos de los cuales podemos reflexionar. Vamos a destacar algunos de estos.

Cargar a los inválidos
Los cuatro hombre del evangelio, ingeniosos y testarudos a la vez, no aceptan un no como respuesta para que el paralítico pudiera ver a Jesús. Estos hombres representan a todos aquellos y aquellas que ingeniosamente cargan con los que no pueden caminar y los conducen por sendas de liberación. Tienen gran fe y esa fe les mueve a hacer lo inesperado para que el inválido vea al maestro. Estos hombres nos invitan a dos cosas, la primera a la fe, a echarse a los hombros aquellos tienen los pies tullidos. La segunda a la creatividad en la búsqueda del reino. Hay muchos en nuestra sociedad que no saben que Dios les ama y que no toma en cuenta lo que han sido, no ven que Dios esta llamando a todos hacia él para liberarlos, por ello es necesario que otros lleven en camillas o empujen a esos que se han quedado estancados y no ven que la el reino de Dios es posible hoy.

El perdón de los pecados
El mensaje de Jesús es claro, Dios no perdona los pecados, él es el perdón, al igual que Dios no ama, Dios es amor. Él siempre perdona y siempre esta perdonando, no tiene en cuenta nuestras faltas. Dios no es como los seres humanos, Dios perdona y ama como Dios. No esta enojado con nosotros, no castiga al ser humano por los pecados sólo espera con paciencia que reconozcamos su amor. En ese sentido el pecado es rechazo del amor de Dios, rechazo de si mismo y negación del otro. Cualquier acción en contra de otros que dañe es pecado, porque es negación de la propia humanidad y la del otro, es negación del amor de Dios (de la imagen de Dios) depositado en cada individuo y es necesario que alguien nos perdone, como lo hace Jesús en el evangelio. Pero también Jesús hoy nos dice que los ritos para el perdón no son lo más importante, la comunidad, el hombre (el ser humano) puede perdonar los pecados, puede liberar al hombre de las cargas que no le dejan ver el amor de Dios, cualquiera puede perdonar los pecados cuando convence al otro que Dios le ama. En este sentido, no hay una autoridad autorizada para perdonar los pecados, todos estamos autorizados para perdonar los pecados.

Perdón y liberación
La enfermedad de aquel hombre lo ha postrado en cama y esta obligado a depender de otros para movilizarse. Por estar enfermo seguramente es rechazado, y es tenido por impuro y pecador, entonces Jesús lo levanta, le da vida[9]. Hoy también hay muchos en nuestra sociedad que están postrados en cama como efecto de una enfermedad o inválidos porque el sistema injusto hace inerte a los hombres y mujeres incapacitándoles a ponerse de pie. El sistema económico y la religión enferma el espíritu de los más vulnerables con ideologías conformistas y de auto repulsión no permite que el pobre vea el horizonte del reino. Así lo  dijo un expresidente de mi país en su discurso a la nación “los pobres nacieron pobres y morirán pobres”. Esa ideología es la que ha condenado a los pueblos latinoamericanos a la inmovilidad, justificando el triunfo de los grandes sobre los más pequeños, justificando la brutalidad del mercado y ofreciendo migajas a los pobres. También el hombre del evangelio vivía bajo esta opresión ideológica que desgraciadamente estaba reforzada por la religión. Jesús libera a aquel hombre de ese pensamiento absurdo y lo pone a caminar, a ser partícipe de su propia historia, a ser protagonista y no espectador. Le devuelve lo que la religión le había quitado, las ganas de caminar, las ganas de luchar. Jesús desenmascara a esa falsa religión que obliga a los demás al conformismo y resignación. A esa religión que adormece conciencias y condena a los pobres al sufrimiento en la tierra porque en el cielo tendrán recompensa. Jesús deja muy en claro que Dios quiere que este hombre viva y que el reino no es un lugar al que todos van si sufren en la tierra, que el reino de Dios se hace aquí y ahora, que no hay faltas que Dios no puede perdonar pero es necesario quitar el velo que la religión ha puesto sobre los cristianos para que vean de verdad el Amor que es Dios mismo.


V EXPERIENCIA
Mi esposa y yo hemos visitado muchos inmigrantes detenidos en Stewart Detention Center (Centro de Detención para inmigrantes que esperan su deportación) y hemos conversado con ellos sobre muchos aspectos referentes a su detención y las condiciones en las que se encuentran. Con los voluntarios de El Refugio ofrecemos visitar humanitarias, hospedaje y alimentación para los familiares que van hasta el sur de Georgia (un lugar remoto y desolado). Nos damos cuenta de los tratos que la compañía CCA (por sus siglas en Inglés Corporación de Corrección de América) da a los inmigrantes detenidos. Están apuñados y en condiciones inhumanas, sabemos de amenazas por parte de los guardias, violencia psicológica, mala alimentación, condiciones insalubres, poca o nula atención médica y criminalización de los inmigrantes. La mayoría de estos no han tenido nunca problemas con la ley en los Estados Unidos, su único delito es haber tenido hambre y emigrar. Son puestos en deportación por una falta leve de transito. A todos los malos tratos que sufren en el centro de detención  se suman la separación familiar, dejando de ver a sus hijos, esposa, dejando desprotegida a la familia económicamente y con deudas en sus esfuerzos por sacarlos de detención. La mayoría, tristemente son deportados a países con situaciones terribles. Muchos de ellos llegaron a los este país cuando eran niños, no conocen el país al que van, no saben como sobrevivir ahí.
Durante nuestras visitas como voluntarios de El Refugio, nos damos cuenta que ellos por lo menos tiene servicios religiosos. De esto queremos hacer una comparación con el evangelio de este domingo. Los pastores y sacerdotes que brindan servicios en este centro de detención hacen una buena labor llevando palabras de aliento a aquellos que la necesitan. Pero detrás de todo esto hay una teología del pecado que hace mucho daño a los detenidos. Les hacen sentirse pecadores, que están pasando por esa horrorosa situación porque han pecado. Sacan a relucir los vicios de los inmigrantes y con ello les culpabilizan a ellos de su destino. Les dicen que todo esto es parte del plan de Dios, que están ahí por una razón, porque Dios lo quiere. Lo más triste es que son los mismos latinos que llevan este mensaje de opresión a los detenidos. Estos pastores y sacerdotes que promueven este absurdo mensaje no están haciendo más que alimentando y justificando el sistema que exprime al inmigrante.

¡No! Dios no quiere que sus hijos sufran, no tiene planes de salvación de almas. Dios quiere liberar al ser humano completo y no propone el sufrimiento para la liberación. Todos estos que predican una mal teología de la cruz no hacen más que dar la razón a los que oprimen. Dan la razón al gobierno de los Estados Unidos para seguir deportando, separando familias, dan la razón a las corporaciones que se lucran del dolor y la miseria de los inmigrantes. Hoy queremos decir que ellos no tienen la razón, los pobres, los inmigrantes tiene la razón. Jesús quiere también levantar a estos hombres de las culpas que la religión y el sistema les imponen. Toda religión que predica el sufrimiento como elemento necesario para la salvación no esta de acuerdo con el mensaje de Dios, es una falsa religión, adoran a un falso Dios[10].


VI MEDITACIÓN-CONTEMPLACIÓN[11]
¡Tus pecados están perdonados!
En el momento que te lo creas de verdad,
toda tu vida cambiará radicalmente.
La preocupación más fuerte y más paralizante se desvanecerá.


Amílcar Valencia


[1] Schmid Josef “El Evangelio según san Marcos” pp. 84
[2] Fray Marcos en http://www.feadulta.com/Ev-mc-02-01-12-MR.htm
[3] Juan Mateos S.J. “Comentario al evangelio de Marcos”
[4] Ibíd.
[5] Fray Marcos
[6] Juan Mateos S.J.
[7] Charpentier Etienne “Para leer el nuevo testamento” pp. 81
[8] Fray Marcos en http://www.feadulta.com/Ev-mc-02-01-12-MR.htm
[9] Sevicio Biblico Latinoamericano de Koinoía
[10] No negamos el sufrimiento en la lucha por la justicia, negamos la teología del sufrimiento como medio para alcanzar la salvación. El sufrimiento que viene por una lucha comprometida por la justicia es lo que el mismo Jesús experimentó y es consecuencia de su oposición al sistema que oprime, no es algo que Dios quiere.
[11] Fray Marcos

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