Breve recorrido bíblico-teológico del Dios los
inmigrantes
La biblia cuenta con una
riqueza de tradiciones que nos sitúan ante la experiencia de un pueblo
concreto, Israel, y de su relación con el Dios Liberador. Por tratarse de una
relación que ha cruzado la mayor parte de la historia de ese pueblo, pero
también por su relación con otros pueblos vecinos, cuenta con diferentes
imágenes de esa experiencia de Dios. De cómo le percibieron en el tiempo y la
historia. De cómo actualizaban el mensaje para iluminar los acontecimientos
recordando: el centro de la fe en Yahveh, el Éxodo; las tradiciones familiares,
los patriarcas; los líderes que guiaron al pueblo, Moisés, reyes. Todo con
clara insistencia del actuar constante de Dios en la historia de Salvación.
Si nos acercamos con
atención podremos ver claramente cómo, desde el principio, el pueblo de Israel
concibe a ese Dios; de cómo lo interpreta, de tradiciones
y teologías en torno a ese Dios. Pero básicamente, cómo ese Dios se
revela al ser humano: defendiendo a su pueblo, increpando a los
opresores y anunciando la salvación para el pueblo sufriente. En este proceso
juegan un papel muy importante los teólogos de aquella época y los profetas que
llamaban a la conversión, invitando al pueblo a volverse a Dios. Además de
los códigos y los escritos sapiensales que llaman a defender a los
pobres, las viudas, los huérfanos y los inmigrantes.
En este breve ensayo nos
centraremos en la experiencia de los pobres de Yahveh y de la defensa de Dios a
favor de los inmigrantes. Desde la experiencia fundante del pueblo, Dios es interpretado
como inmigrante también. Porque él está con los que caminan en el desierto,
defendiéndolos y animando cuando hay dificultades. Él es quien ofrece una mejor
vida después de los días de sol dando la tierra que mana leche y miel. Es el
Dios que se define a sí mismo como el que estará siempre (Yo soy te envía le
dice a Moisés). Es el Dios que toma partido poniéndose al lado de los pobres y
con mano fuerte los conduce hacia la liberación. Es el Dios Inmigrante.
LOS DIFERENTES GRUPOS QUE LLEGARON A FORMAR EL
PUEBLO DE ISRAEL
Sabemos que el pueblo de
Israel fue formado por los doce hijos de Jacob de los cuales salieron las 12
tribus de Israel. Eso es el relato teológico, desde el cual los escritores
aplican el llamado esquema familiar. Pero vamos a remontarnos a los grupos
humanos que llegaron a formar lo que se llegó a denominar como el pueblo de
Israel. “En la
prehistoria del pueblo de Israel encontramos una serie de grupos a los que
llamamos hebreos que recibieron influencia de los reinos e
imperios del CRECIENTE FERTIL. Estos grupos eran del estilo nomádico,
semisedentario y emigrante. Cada uno tenía un estilo de vida y, además,
características que lo diferenciaban de los otros[1].” Estos fueron los tres de los
grupos que formaron parte del pueblo de Israel:
El primero de esos grupos
es el de los nómadas, representados por Abrahán. Los nómadas vivían
con ciertas inseguridades y al mismo tiempo buscando siempre algo mejor. Su
inconformismo y su convicción de que nada que se ha alcanzado ya puede ser lo
definitivo, los hacía relativizar el temor ante lo desconocido y el riesgo
inherente a su manera de vivir. Algunos de estos grupos nómadas fueron
experimentando la presencia de un dios que era nómada como ellos y que los
acompañaba continuamente en su caminar por el desierto.
Otro grupo que llegó a
formar parte del pueblo de Israel fue el grupo de los semisedentarios,
representado por Isaac. Estos tenían una fuerte tensión hacia un estilo de vida
más seguro, más estable. Su preocupación estaba en conocer los secretos de la
agricultura, la ganadería y de todo lo relacionado con ellas (clima, agua,
tierra). Algunos grupos semisedentarios fueron experimentando la presencia de
un dios que donaba la tierra, que la bendecía, que fecundaba los campos y los
ganados.
El tercer grupo que es el
de los Emigrantes, representado en la figura de Jacob o
Israel. Son los que habían tenido que desarraigar, por varias razones, de su
estilo de vida anterior, y habían tendido que buscar otra forma de
vida en la que dependían totalmente de la acogida tenida en los lugares hacia los
que no habían tenido más remedio que emigrar y en los que, frecuentemente, se
habían convertido en trabajadores forzados o esclavos. Algunos de estos grupos
emigrantes fueron experimentando la presencia de un dios que era emigrante como
ellos y que no podía soportar la inhumanidad que suponía la esclavitud.
El grupo de los
inmigrantes, fundamentalmente, experimentó la opresión del imperio dominante
(Egipto, tal como se relata en el primer capítulo del Éxodo). No sólo porque
muchos de ellos fueron esclavizados, sino también porque debían de conseguir
una fuente de empleo para sostener a sus familias. Si simplemente leemos este
hecho a la luz de la realidad del pueblo emigrante de hoy encontraremos gran
similitud.
Los inmigrantes
de Israel y los inmigrantes latinoamericanos:
Tienen que salir de sus
países de origen para vivir en otra cultura, se ven obligados a dejar su vida
anterior porque no hay trabajo; por guerras y por la violencia
institucionalizada; por persecución política, ideológica o religiosa, etc.
Pasan peligros por el camino: asaltos, secuestros; deben cruzar desiertos,
ríos; malos guías, coyotes, etc. A pesar de los problemas durante la ruta del
migrante, demuestran fe y valentía. Perciben a un Dios que camina con ellos,
que les acompaña siempre. En el nuevo suelo buscan sus raíces y su fe. Hacen
presente a ese Dios que los saco del desierto y los puso en la nueva tierra (no
es extraño que ver Iglesias donde se habla español o tienen un servicio
dedicado para los latinos.) Deben de insertarse en una sociedad diferente, con
diferentes creencias, con otro estilo de vida, con otro idioma. Dependen en
gran medida de la acogida por la sociedad estadounidense. Cosa que sucede no
muy frecuente. Se convierten en trabajadores del sistema capitalista y muchas
veces son absorbidos por los valores de la sociedad Estadounidense. También son
perseguidos por las leyes. Luego de ser explotados-utilizados por el sistema
(en las granjas, en las fabricas, en los servicios de jardinería, en las
procesadoras de alimentos) son criminalizados y enviados a las cárceles y
puestos en deportación.
Amílcar Valencia
[1]
Rafael de Sivatte “Dios Camina con los Pobres”
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