1 de enero de 2012

Santa María Madre de Dios Lc 2,16-21 , Ciclo B 2012


Proclamación de la Buena Nueva

16 Fueron a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño recostado en el pesebre. 17 Al verlo, les comunicaron las palabras que les habían dicho acerca de aquel niño. 18 Todos los que lo oyeron quedaron sorprendidos de lo que decían los pastores.

19 María, por su parte, conservaba el recuerdo de todo esto, meditándolo en su interior.

20 Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían visto y oído; tal y como les habían dicho.

21 Al cumplirse los ocho días, cuando tocaba circuncidar al niño, le pusieron de nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.
Palabra del Señor

María Madre de Dios
Hoy celebramos a María Madre de Dios. Pero qué quiere decirnos el evangelio y la tradición de la Iglesia al afirmar que una mujer es madre de Dios. Sabemos que este ha sido un debate en la Iglesia que tomo muchos años para ser promulgarlo como dogma y que al principio fue mal entendido. En el concilio de Calcedonia en 451 fue matizado diciendo que María era la madre de Dios en cuanto humanidad, pero San Agustín nos dice que María fue madre de Dios no por su relación biológica, sino por haber aceptado el proyecto de Dios[1]. Jesús mismo nos aclara en el evangelio cuando dice que su Madre y sus hermanos son aquellos que hacen la voluntad de Dios.[2] Es decir, que María es la madre del hijo de Dios no por méritos propios, tampoco por su virginidad, sino porque dice si al proyecto de Dios. En todo caso Dios es quien tiene la Iniciativa y ella da un Si. Muchas veces la Iglesia y los cristianos nos olvidamos de esto y por ello tenemos una imagen de María superior y casi diosa. Pero el evangelio no pone ningún adorno a María, únicamente nos habla de su pobreza, de su fe en las promesas del señor (como en el Magníficat Lucas 1, 46-55) y su disposición de ser servidora del Señor.

El relato de Lucas, el evangelio de los pobres
Hoy, el evangelista nos propone a estas figuras poco tomadas en cuenta en la sociedad del siglo primero, los pastores. Muchos dicen que los pastores no eran bien vistos por considerarles pecadores, ignorantes, ladrones e incapaces de cumplir con las leyes judías. Otros dicen que eran gente muy humilde y sencilla (¿No sucede a veces entre nosotros que pensamos que los pobres por ser pobres también son pecadores? ¿No hemos escuchado decir a otros o nosotros mismos que son los pobres los que tienen más vicios, son los ignorantes? Pues bien que tal si tomamos este relato en el cual Dios trae buenas noticias a estos pecadores, no a los religiosos y sacerdotes, no a los sabios y entendidos, sino a los más pequeños). A esos pastores se les presenta una buena noticia, los Ángeles les dicen que el Mesías esperado ha nacido y les dan una señal. Ellos corren y encuentran al niño en el pesebre.
Los pastores, mal pagados, desvelados, poco valorados y a veces repudiados reciben la buena noticia. Lucas continúa con este tema. Primero María, pobre, joven y sin mucha pinta de ser alguien importante recibe la buena noticia. Hoy estos pastores están atentos al mensaje de Dios y se dirigen a adorar al Mesías. Los pastores se ven en esta escena a ellos mismos como parte de esta familia. María, la madre; a José, el padre del niño; y al recién nacido aún sin nombre, a uno que se identifica con su dolor. A ese niño indefenso que necesita los cuidados de su madre y su padre. Ven al niño como uno de ellos, pobre. Ven en ese niño la esperanza de la liberación. Comprenden el proyecto de Dios y animados van y lo cuentan todo en el vecindario.

Todos quedaban sorprendidos
Al oírlos todos quedaban sorprendidos delas palabras de los pastores. No sabemos si creyeron o no. Lo más probable es que no todos pudieron dar crédito a las palabras de los pobres pastores. Tampoco sabemos quienes eran “todos”, probablemente solo la gente del vecindario pero en relación con el testimonio de Jesús y de las primeras comunidades también no todos creyeron; como lo dice el evangelio de Juan, vino a los suyos y no lo recibieron. Los pastores habían visto nacido al mesías. Pero no el mesías que Israel esperaba. El mesías que el pueblo judío espera era uno que había de nacer en el palacio, de una doncella bien maquillada y alimentada. Pero aquí ellos habían visto nacer a uno diferente, el mesías era uno de ellos mismos, uno como ellos, pobre y marginado. El mesías que trae la liberación viene desde abajo, no desde el poder sino de una familia pobre. Quizá por ello muchos se quedaban sorprendidos, no esperan tan anuncio, no esperaban tal acontecimiento, no esperaban que Dios se naciera tan pobre.

María guardaba todo en su corazón
También para ella fue algo difícil de digerir, al contrario de lo que la tradición dice de María como clarividente y que todo lo sabía al aceptar el proyecto de Dios, el evangelio hoy nos dice que ella  meditaba, reflexionaba las cosas que no comprendía. Especialmente que ese Dios liberador haya puesto su mirada en su pobreza. También le tomo muchos años entender su papel en la historia de Salvación, su hijo crecería con ideas de liberación  y como madre también sintió miedo y angustia. Especialmente a la hora de la persecución y crucifixión de su hijo.
También ella aprendió a ser madre, ella tenía que lidiar con todos los cuidados de un recién nacido: lavar los pañales, alimentarlo, limpiarlo, arrullarlo, etc. María también hubo de sentir frustración en algún momento, cuidar a un ser indefenso que cada que necesita algo llora, María también se cansaba como madre. Pero como madre, amaba y daba la vida por su hijo.  
Conforme el niño fue creciendo también enfrentó las mismas  dificultades de toda madre cuando sus hijos están en la adolescencia. Pero lo más difícil hubo de haber sido el momento de la maduración de la misión de la misión de su hijo. Cuando su hijo se descubre llamado por el Padre a ser el liberador del pueblo. Cuando Jesús deja su casa para anunciar la buena noticia del Reino. Ella le acompañó como testifica el evangelio, pero aún encontraba a su hijo tan radical que no podía entender todo. Por esa razón guardaba todo en su corazón.

Para la reflexión
Los pobres son los depositarios de las buenas nuevas, María, José, los Pastores ¿De que forma en nuestra realidad los pobres nos hablan del Reino de Dios? ¿Estamos atentos a escuchar su noticia o solo nos sorprendemos? ¿Dónde buscamos a Dios, en la pobreza o en el templo?

¿Cual es nuestra imagen de María, una reina o una mujer del pueblo?

María es madre de Jesús, madre de Dios y madre de los cristianos ¿De que forma María es un ejemplo para los cristianos? ¿Qué cosas concretas aprendemos y podemos aplicar de su testimonio fiel fe en la liberación?

Letanía del pueblo Inmigrante


Santa Madre de Dios.
Señora que acogiste al Espíritu Santo.
Señora de todos los caminos.
Señora de todas las razas.
Señora de todos los idiomas,
Consuelo de todas las familias.
Esperanza de todos los países.
Reina de los continentes.
Virgen servidora y fiel.
Virgen humilde y pobre como nosotros.
Santuario del que es la Vida.
Refugio en la salida y en el regreso.
Señora de los migrantes.
Madre de los caminantes y peregrinos.
Madre de los discriminados.
Madre de los perseguidos.
Madre de los refugiados y deportados.
Madre de los extranjeros.
Madre de los indígenas.
Madre de los indocumentados.
Madre de los niños abandonados.
Madre de los esclavizados.
Madre de los encadenados a los vicios.
Madre de los que no tienen casa.
Madre de los enfermos y dolientes.
Madre de los que viven en soledad.
Madre de los que viven sin esperanza.
Madre de los discapacitados.
Reina de los que trabajan por la paz.
Reina de los que luchan por la justicia.
Reina de los que ayudan a su prójimo.
Reina de los misericordiosos.
Reina de los que defienden la vida.
Reina de los que defienden a los migrantes.



Amilcar Valencia


[1] Fray Marcos en Fe Adulta, Evangelios y comentarios.
[2] Lc 8, 21

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