Proclamación
de la Buena Nueva
1 Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes. En
esto, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén
2 preguntando:
- ¿Dónde está ese rey de los judíos
que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a rendirle
homenaje.
3 Al enterarse el rey Herodes se sobresaltó, y con él Jerusalén
entera; 4 convocó a todos los sumos sacerdotes y letrados
del pueblo, y les pidió información sobre dónde tenía que nacer el
Mesías. 5 Ellos le
contestaron:
- En Belén de Judea, así lo escribió
el profeta: 6 Y tú,
Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de
Judá: pues de ti saldrá un jefe que será pastor de mi pueblo, Israel
7 Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le
precisaran cuándo había aparecido la estrella; 8 luego los mandó a Belén
encargándoles:
- Averiguad exactamente qué hay de
ese niño y, cuando lo encontréis, avisadme para ir yo también a rendirle
homenaje.
9 Con este encargo del rey, se pusieron en camino; de pronto, la
estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta pararse encima de
donde estaba el niño. 10 Ver
la estrella les dio muchísima alegría.
11 Al entrar en la casa, vieron al niño con María, su madre, y
cayendo de rodillas le rindieron homenaje; luego abrieron sus cofres y como
regalos le ofrecieron oro, incienso y mirra.
12 Avisados en sueños de que no volvieran a Herodes, se marcharon
a su tierra por otro camino.
Palabra del Señor
Introducción
Este
domingo celebramos la fiesta de la Epifanía del Señor. Epifanía significa
manifestación, la manifestación de Dios en los hechos de la historia del pueblo,
manifestación en la naturaleza y manifestación en personas. La biblia está
llena de esta manifestación de Dios. Abrahán recibe a Dios en su tienda, Jacob
lucha contra Dios, Moisés ve a Dios en la zarza ardiente, a Isaías Dios se le
manifiesta en el templo, etc. Hoy celebramos esta gran manifestación de Dios a
los hombres y mujeres. Hoy celebramos que Dios se ha hecho uno de nosotros,
asumiendo nuestra carne, nuestras debilidades, nuestra condición para
liberarnos desde abajo. Este es un hecho trascendental sobre la compresión de
Dios. El Dios todo poderoso nos dice que la salvación viene desde lo humano,
desde los mismos que son oprimidos[1].
La Visión de Mateo
En
el contexto del evangelista, este relato es parte de la presentación de Jesús
como Mesías prometido desde antes por los profetas. De nuevo es importante
recordar que este es un relato con una intención teológica, no histórica. Es
decir que no pretende contarnos exactamente lo que sucedió sino transmitirnos
su mensaje. El redactor, que probablemente no haya sido el mismo Mateo sino uno
de sus discípulos quien recogió la tradición de la comunidad, era un judío que
conocía la tradición de los profetas. En este relato aparece la cita del
profeta Miqueas (5,1) en la que dice que el Mesías ha de nacer en Belén, pues
aunque la más pequeña es la casa del Rey David y también realza la visita de
los reyes de la tierra (Salmo 71)
La astucia de Mateo
Los
que llegaron a ver al hijo de Dios fueron unos estudiosos o astrólogos. La
tradición posterior (Siglo IV) les llamó reyes y hasta les bautizó con nombres.
Lo cierto es que fueron estos personajes eran científicos que buscaban
adelantarse a los acontecimientos.
Los
sabios habían visto un astro que nació en oriente, con ello el evangelista contrapone
el nacimiento del Mesías que será rey de los Judíos con el rey Herodes que no
puede ser nunca rey de los Judíos pues no es Judío y tampoco es descendiente de
David. Pero he aquí, nos dice el redactor “de ti saldrá un jefe que será pastor
de mi pueblo, Israel”, refiriéndose a Jesús.
Mateo
hace esta gran comparación entre los sabios de oriente y los sabios de Judea,
en pocas palabras se burla de la sabiduría de los maestros de la ley. En el
texto lo encontramos así: “Al enterarse el rey Herodes se sobresaltó, y con él
Jerusalén entera; convocó a todos los sumos sacerdotes y letrados del
pueblo, y les pidió información sobre dónde tenía que nacer el Mesías”. Esto es
genial, ¿Cómo es posible que unos extranjeros hayan sido capaces de saber el
lugar y la fecha del nacimiento del Mesías, mientras que los propios sabios de
la ley pasaron desapercibidos? ¿Cómo es posible que estos que no son de la
tradición judía, personas extrañas a la tradición bíblica viajaron de tierras
lejanas para adorar al Mesías?
El
evangelista dice además que fueron estos
los que le contaron a Herodes el motivo de su visita a Belén. Entonces el rey
se inquieto. Se puso a investigar y hacer planes para liquidar al niño. Los sabios
después de adorar al Mesías se regresaron por otro camino.
¿Cuál es el mensaje de este
evangelio?
En
primer lugar muestra al pueblo judío (pueblo elegido) que ellos no estaban de
verdad atentos para recibir la llegada del Mesías. En cambio, los paganos y extranjeros
estuvieron atentos a las señales de los astros donde Dios se manifestó[2] y fueron a adorarle. Llegaron
entusiasmados de tal descubrimiento y ofrecieron lo que tenían.
También
nos presenta lo que será la vida de Jesús. Rechazado por su propio pueblo,
especialmente por los que gobiernan y por los religiosos de su tiempo. Será calumniado,
perseguido y llevado a la cruz.
Otro
mensaje importante de este texto es que Dios trae la salvación para todos. Que su
amor se extiende más allá de las fronteras, o mejor dicho que su amor no tiene
fronteras. Es uno de los primeros relatos del evangelio y ya nos está cambiando
nuestra manera de pensar. Dios ama a todos y trae la salvación para todos,
incluso para aquellos que no nos imaginamos, para los que no son creyentes o no
profesan nuestra misma fe. Es una anticipación del ministerio de Jesús, del universalismo
de su predicación. Un evangelio que no hace distinciones.
Finalmente
nos dice que podemos ser muy estudiosos de la biblia, conocer, leer y tener
doctorados en escrituras, pero aun así podemos desconocer a Jesús. Sucede en
nuestros días y lo vemos mucho. Iglesias que se consideran las únicas poseedoras
de la verdad, cristianos que ven de menos a otros, especialmente a los más
pobres e iletrados, ministros que ponen más atención al altar mientras que el
niño está naciendo en otro lugar (no en el altar sino en los pobres).
[1] Esta es la teología trascendente de la que nos hablan los teólogos
latinoamericanos. Dios es uno de nosotros y desde su propio abajamiento nos
trae la liberación. Es un potente mensaje para los que luchas en contra de
sistemas que oprimen. Con ello el oprimido se ve como sujeto de su liberación y
no objeto.
s y experiencias,
pero ello quiere decir que Dios no esta en un lugar, en un acontecimiento. Dios
esta en todo. Por ello hay que buscarle siempre.
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