17 de marzo de 2012

4° Domingo de Cuaresma, Juan 3, 14-21


Proclamación de la buena nueva según San Juan

14Lo mismo que en el de­sierto Moisés levantó en alto la serpiente, así tiene que ser levantado el Hombre, 15para que todo el que lo haga objeto de su adhesión tenga vida definitiva.  16Porque así de­mostró Dios su amor al mundo, llegando a dar a su Hijo único, para que todo el que le presta su adhesión tenga vida definitiva y ninguno perezca. 17Porque no envió Dios el Hijo al mundo para que dé sentencia contra el mundo, sino para que el mundo por él se salve. 18E1 que le presta adhesión no está sujeto a sentencia: el que se niega a pres­társela ya tiene la sentencia, por su negativa a prestarle ad­hesión en su calidad de Hijo único de Dios.
19Ahora bien, ésta es la sentencia: que la luz ha venido al mundo y los hombres han preferido las tinieblas a la luz, porque su modo de obrar era perverso. 20Todo el que obra con bajeza, odia la luz y no se acerca a la luz, para que no se le eche en cara su modo de obrar. 21En cambio, el que la lealtad se acerca a la luz, y así se mani­fiesta su modo de obrar, realizado en unión con Dios.

Palabra del Señor

Introducción
El evangelio de este cuarto domingo de cuaresma se encuentra en el libro de los signos o señales de Juan. En el capitulo 3 Nicodemo va a visitar a Jesús secretamente. Es el hecho histórico, luego vienen las palabras del evangelista puestas en boca de Jesús. El mensaje de Juan es claro para la comunidad, nacer de nuevo. Para entrar en la dinámica del reino de Dios es preciso morir a todo aquello que no es el reino de Dios y nacer de lo alto, Nicodemo no entiende, él representa a los fariseos y las autoridades judías que sentían alguna simpatía por Jesús pero no llegaron a comprender su mensaje.

El texto
Tiene que ser levantado el Hombre
El evangelista hace una referencia al libro de los números en el capitulo 21,9. La serpiente es venenosa pero en este contexto también representa vida. Los Israelitas se quejaban porque Moisés les había traído al desierto, Dios envió las serpientes como castigo por sus reproches, las serpientes les mordían y muchos morían, pero Dios mando a Moisés a poner una serpiente de bronce en un madero y todo el que la viera quedaría curado del veneno de la serpiente. Este texto es referencia a la salvación que Jesús nos ofrece desde el madero (en la teología de Juan), es la glorificación del hijo del Hombre, por sus llagas hemos sido sanados (Isaías 53)


El que lo haga objeto de su adhesión tenga vida definitiva
En las traducciones comunes se dice el que crea. Creer es un don de Dios. Debemos creer en Jesús pero creer en él no es sólo una confesión de labios, debemos adherirnos a su mensaje. Es muy fácil decir “creo”, pero “no todo el que diga Señor, Señor entrará en el reino de los cielos” (Mt 7, 21ss). El seguimiento de Jesús requiere conversión, no podemos ser los mismos después de escuchar su mensaje. Hay que seguirle y tratar que toda nuestra vida y todo lo que hagamos se asimile a Jesús. Eso es lo que no entendía Nicodemo, aunque le llama maestro “Rabbí” estaba muy lejos de entender todo el mensaje de Jesús. ¿Cuántas veces llamamos a Jesús Señor pero nuestra vida no refleja lo que él predicó y lo que él hizo vida?

Porque así de­mostró Dios su amor al mundo, llegando a dar a su Hijo
Dios nos ha creado por amor, pero la humanidad se ha apartado de Dios. Su mayor muestra de amor definitivo fue hacerse uno de nosotros en Jesús para mostrarnos el camino hacia el Padre. Dios nos demostró su amor dándose en Jesús por completo. Hay que aclarar que Dios no manda a su hijo a Morir en la cruz, si así lo hubiese hecho no sería nada diferente de los otros dioses. Pero nuestro Dios no es un sanguinario y no reclama víctimas. La humanidad no pudo aceptar su amor y su propia entrega y por ello lo asesinó. En el relato de la pasión en el evangelio de Juan, es Jesús mismo quien se entrega, no le quitan la vida, la ofrece. Pero eso no quita el pecado de la muerte en cruz. Jesús desenmascara la cultura de la muerte y por el misterio pascual nos trae salvación con el cual declara el fin del derramamiento de sangre, ya él se ha entregado, no debe haber más victimas.

Todo el que le presta su adhesión tenga vida definitiva y ninguno perezca
No hay más sacrificios, Dios no quiere derramamientos de sangre. El reino de Dios esta abierto para todos, sólo hay que adherirse, hay que hacerlo vida. Aceptarlo y seguir a Jesús, eso garantiza vida plena para la humanidad. No es solo una promesa del futuro sino una realidad del presente, que su reino esta entre nosotros. Donde hay vida, donde hay amor, ahí esta Dios, ahí reina Dios. Quienes se adhieren a este mensaje serán libres y libres buscaran la libertad de otros, pues Dios así lo quiere, que el ser humano tenga vida y la tenga en abundancia (Jn 10,10)

Para que el mundo por él se salve
En Juan, hay un avance en la comprensión de la salvación, está es universal, no sólo para Israel sino para toda la humanidad. No hay un pueblo elegido, todos estamos invitados a la mesa de Señor, todos estamos invitados a su banquete, hay espacio para todos. No hay exclusivismos, la mesa es amplia y hay suficiente pan para todos.

El que se niega a pres­társela ya tiene la sentencia
También es importante que nos quede claro de una vez, que Dios es vida y salvación no condenación. Los cristianos estamos a veces más preocupados por el infierno que por la salvación y se busca a Dios por temor no por plena fe y adhesión a su hijo. Quienes utilizan el mensaje de condenación para ganar adeptos quedan aquí desenmascarados, nuestro Dios proclama vida y liberación en Jesús, no esta en su pensamiento la condenación. De nuevo sólo es necesario que lo veamos y no demos la espalda a la vida y al amor de Dios, si no lo aceptamos y no nos adherimos simplemente estamos rechazando la vida y el amor.

¿Y que es el infierno? No un lugar sino una condición. Es negarse a Dios, es vivir egoístamente sin importar el hermano que sufre y pide solidaridad. En la mesa del Señor hay espacio para todos y pan para cada cual, si alguien se niega a entrar en comunión con la comunidad reunida entorno al pan esta negándose así mismo, esta negando a la humanidad, esta negando a Dios y por ello no encuentra lugar donde se viven los valores del reino. No hay lugar para aquellos que acumulan dinero y no les importa el hermano. Los que se abren a la llegada del reino y aceptan vivir en comunión y parten el pan juntos viven el reino, quienes no y rehúsan sentarse a la mesa con los pobres ya están condenados pues no hay otra realidad, sólo hay vida, sólo existe el amor, quienes no aceptan la vida vivirán su propio infierno: negarse a si mismos y negación del Amor.

La luz ha venido al mundo y los hombres han preferido las tinieblas a la luz
Jesús es la luz, él ha venido para traer vida, la vida y el amor del Padre, pero los que se niegan prefiriendo las tinieblas son los mismos que lo condenan.

Reflexión
Dios es Amor, ese es uno de los temas centrales de Juan evangelista. Dios ha amado tanto a la humanidad que se ha entregado plena y totalmente en Jesús. Jesús es la presencia viva de Dios. El hijo del hombre que nos ha mostrado el rostro humano de Dios nos invita con su vida a recibir el amor del Padre gratuitamente. Él ha enviado a su hijo para hacer el trabajo del Padre, él hijo se comporta como el padre, mostrando amor para toda la humanidad. El hijo vino al mundo como pobre y nos enseñó desde los pobres, desde lo más vulnerable, desde lo más despreciable ante los ojos del mundo el camino hacia el Padre. Asumió nuestra condición humana y desde la humanidad nos redime. Con ello nos indica que la salvación del ser humano es posible primero, porque Dios Ama y se entrega el mismo totalmente incluso en el madero, y segundo, se redime al ser humano desde lo humano. Es el Dios que se abaja (Kenosis) y desde el abajamiento nos salva, nos libera. Este Dios va en contra de toda lógica humana, no nos salva desde su posición de Dios, sino desde su condición humana. Es el Dios más humano y entre más humano más divino. Esto tiene grandes implicaciones en nuestra vida cristiana, si Dios mismo se glorifica en lo humano y lo débil ¿por qué nos empeñamos en aborrecer nuestra naturaleza humana? Debemos asumir nuestra condición humana y desde lo humano también acercarnos a Dios así como él nos lo enseñó “Entre más humano más divino” y “entre más divino más humano”

Su invitación es adherirse a su persona, a seguirle desde la propia vida. El cristiano y la Iglesia estamos invitados cada día por el evangelio a convertirnos y adherirse a Jesús y su mensaje de amor para toda la humanidad, un amor sin fronteras ni diferencias. Es una invitación que en el evangelio de hoy queda evidenciada cuando confronta a los judíos que prefirieron las tinieblas que la oscuridad. ¿Qué preferimos nosotros hoy? ¿Y que significa para nosotros hoy como cristianos vivir bajo la luz de Jesús? ¿Qué significa para la Iglesia toda adherirse al mensaje Jesús? ¿Qué significa para la comunidad vivir el evangelio y adherirse a su palabra en la realidad actual?

Amílcar Valencia     

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