27 de enero de 2012

4° Domingo del Tiempo Ordinario, Marcos 1, 21-28


Proclamación de la Buena Nueva según San Marcos

21ªY fueron a Cafarnaún.
            21bEl sábado entró en la sinagoga e inmediatamente se puso a enseñar. 22Estaban impresionados de su enseñanza, pues les enseñaba como quien tiene autoridad, no como los letrados.
            23Estaba en aquella sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo e inmediatamente empezó a gritar:
            24-¿Qué tienes tú contra nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú, el Consagrado por Dios.
            25-Jesús le conminó:
            -¿Cállate la boca y sal de él!
            26El espíritu inmundo, retorciéndolo y dando un alarido, salió de él. 27Se quedaron todos ellos tan desconcertados que se preguntaba unos a otros:
            -¿Qué significa esto? ¡Un nuevo modo de enseñar, con autoridad: incluso da órdenes a los espíritus inmundos y le obedecen!
            28Su fama se extendió inmediatamente por todas partes, llegando a todo el territorio circundante de Galilea.
Palabra del Señor

Introducción
En este cuarto domingo del Tiempo de Ordinario  seguimos reflexionando el evangelio de Marcos. El texto que hemos leído representa el inicio del ministerio de Jesús, luego de haber elegido a sus discípulos y proclamar la llegada del reino, Jesús se pone camino de  Galilea a Cafarnaún, una ciudad importante aunque no tan grande como Jerusalén. El relato nos presenta a Jesús entrando en la sinagoga de Cafarnaún y enseñando. Estando ahí se presenta una hombre “que tenía un espíritu inmundo”, en el contexto de Marcos este sería el primer milagro de Jesús.

Jesús expulsa espíritus contrarios a Dios
Debemos entender que la cultura y gente del tiempo de Jesús vivía bajo estas creencias en espíritus que andan por el mundo buscando cuerpos que poseer. Las enfermedades de las que no se sabía su origen se atribuían a espíritus inmundos. El evangelista nos ha dicho que Jesús tiene el espíritu de Dios y aquí se presenta uno con un espíritu contrario al de Dios, es decir que no guía a la persona para hacer el bien sino lo contrario. Este es el mensaje del evangelista: Jesús proclama el reino de Dios porque el espíritu de Dios de está con el, pero también tendrá que luchar contra otros espíritus contrarios a Dios, esos espíritus que se oponen al reinado de Dios.

El sábado entró en la sinagoga e inmediatamente se puso a enseñar 
Marcos nos resalta la importancia de que era un día sábado. El sábado es el lugar consagrado para el culto a Dios (Ex 20, 8-11). El sábado era el día en que los judíos descansaban de las labores cotidianas y se dedicaban a la oración, al rezo de los salmos y las escrituras. La sinagoga era el espacio donde el culto tenía lugar, los judíos piadosos se aglomeraban para la meditación, las mujeres se quedaban de pie lejos del altar y los hombres al centro. Los maestros de la ley y sacerdotes eran los que dirigían las lecturas y sermones. Pues bien, Marcos nos dice que Jesús entró a la sinagoga y se puso a enseñar, una actividad que no estaba concedida a un laico como Jesús.

Estaban impresionados de su enseñanza, pues les enseñaba como quien tiene autoridad, no como los letrados.
Este versículo tendrá aun más relevancia después de lo que viene a continuación, la expulsión del espíritu inmundo. Pero quiere darnos a decir que probablemente los letrados tenían un discurso muy conservador, poco atrayente a la gente, repetitivo y nada innovador (como el cura de mi pueblo). Una predicación adormecedora y fuera de la realidad (como sucede en muchas de nuestras parroquias hoy en día). Pero Jesús hablaba con autoridad, no con la autoridad de los letrados. No era una sabiduría intelectual, su mensaje llegaba al corazón de la gente, hablaba del amor de Dios para todos. La gente que lo escuchaba quedaban fascinados con su predicación porque hablaba con la verdad, hablaba con autoridad, autoridad que viene de Dios. Conectaba con la realidad de la gente, los pobres, los que sufren, las mujeres oprimidas por el machismo y la religión, los enfermos que no pueden entrar al templo, a todos ellos daba esperanza y les decía que Dios les ama. El mismo pueblo desautoriza la autoridad de los letrados y reconoce la autoridad de Jesús, porque habla de parte de Dios, dice lo que Dios quiere decir al ser humano.

Estaba en aquella sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo
En el tiempo de Jesús existían toda clase de enfermedades pero no habían muchos conocimientos médicos, por ello muchas de ellas se atribuían a espíritus inmundos. Las enfermedades, como la que padecía este pobre hombre, no eran la excepción. Hoy en día simplemente podríamos decir que se trataba de una enfermedad psíquica, pero en la época se conocían como posesiones demoniacas. Pues bien, este hombre padecía este transtorno mental. Por su condición no e le era permitido entrar al templo y probablemente la gente del pueblo lo tomaba como loco que en algunos casos podría ser peligroso o podría ser simplemente una persona que molesta mucho y de la cual nadie quiere estar cerca. Imagínense este pobre hombre gritando disparates en el templo. ¿Qué habrían dicho los religiosos conservadores? Probablemente el sermón del maestro de la ley se enfoco en ese pobre hombre. Según los maestros de la ley este hombre había pecado y por ello el espíritu lo había poseído. Seguramente se escandalizó que este hombre estuviera en el templo y mando que lo sacaran.

Empezó a gritar: ¿Qué tienes tú contra nosotros, Jesús Nazareno?
La religión legalista del cumplimiento no permitía que todos accesaran a Dios. En lugar de acercar a los hombres y mujeres a Dios ponían difíciles cargas que los pobres y todos los de la clase baja no podían soportar. Jesús entró al templo y habló con autoridad. Ese espíritu le reconoce, ese espíritu alojado en la sinagoga y apaciguado por los religiosos, reconoce cuando alguien habla con la verdad y se resiste.  Parece extraño que mientras los escribas y maestros de la ley predicaban el espíritu inmundo no decía nada, pero cuando Jesús predica ese tal espíritu se exalta porque reconoce la autoridad de Jesús.

 ¿Has venido a destruirnos?
Jesús de Nazaret es sobre quien reposa el espíritu de Dios y viene a expulsar todo espíritu contrario a Dios. En el relato teológico de Marcos el espíritu inmundo no estaba alojado en el cuerpo de aquel hombre sino en la religión, es decir la misma religión aloja un espíritu contrario a Dios y saca su peor cara cuando le confrontan con la verdad. Jesús, que habla con autoridad, representa ahora una amenaza para la religión que estaba fundada a base de temor e imposición. Nótese como el espíritu inmundo habla de si mismo en plural “¿Has venido a destruirnos?”, más adelante en el evangelio Marcos dirá que no es un espíritu sino una legión (en Marcos 5, 1).   La pregunta también es tentadora para Jesús. En otras palabras los que ostentaban el poder religioso y político se preguntaban ¿Será este uno que podemos comprar? ¿Se pondrá de nuestro lado si lo seducimos? Ellos ven el sistema en peligro, por ello investigan. Querían saber de qué lado estaba Jesús y si era manipulable. Pero la respuesta de Jesús será contundente: “Cállate y sal de él” es decir que a Jesús no lo pueden comprar, no se vende, viene a hacer el trabajo de Dios y será fiel hasta la muerte.

Sé quién eres tú, el Consagrado por Dios.
Ese espíritu inmundo reconoce a Jesús como “el consagrado de Dios”, es decir el Mesías. Es la primera vez que alguien reconoce a Jesús como el Mesías, pero curiosamente no son sus discípulos sino un espíritu inmundo. A tal declaración Jesús lo manda a callar. Con esto Marcos también nos pone en la perspectiva de lo que será un tema importante durante todo el evangelio. Sus seguidores no lo reconocen como Mesías e Hijo de Dios sino hasta la resurrección, pero también Jesús evita ser proclamado Mesías e hijo de Dios mandando al espíritu inmundo a  callar. Jesús no quiere reconocimientos, no quiere ser el centro de atención. Está también será una tentación que le acompaña en todo su ministerio, la gente lo quiere proclamar rey pero él huye de todo reconocimiento, se aleja de la gente y repiensa su misión. Eso lo veremos con más detalle en los siguientes capítulos de Marcos.

¿Cállate la boca y sal de él! El espíritu inmundo, retorciéndolo y dando un alarido, salió de él[1]. 
Aquí se demuestra de nuevo el poder de la palabra de Jesús, le increpa y el espíritu sale del hombre. Es decir libera a la religión de los espíritus contrarios a Dios, todo aquello que erróneamente la religión ha sustentado es sacado, queda liberada de todo lo que no equivale a la voluntad de Dios.  Para la persona de la que nos relata el evangelio esto representa liberación. Jesús volviendo a la situación del pobre hombre con ternura, siente misericordia de aquel hombre olvidado y tomado como loco por todos. Habla con el, le escucha. Quizá era un hombre que solo quería tener acceso al templo y poder como los demás ir a la sinagoga y orar. Aquí también se reconoce que la situación de aquel pobre hombre no era culpable de tal situación, no era él quien había pecado, era la situación colectiva de la sociedad que lo empujaba a la locura. Jesús restituye su dignidad de Hijo de Dios y le da la posibilidad de continuar su vida normal. Le hace valer. ¿No es eso genial? ¿No es eso lo que Dios quiere para todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo?

 ¿Qué significa esto? ¡Un nuevo modo de enseñar, con autoridad
Aquí se resalta de nuevo lo que había dicho al principio de este pasaje, la gente quedaba admirada porque hablaba con autoridad. Su fama se extiende por toda la región. Su proyecto, aunque no muy claro para sus seguidores, estará desde éste momento en la mira del pueblo y las instituciones que le temen a este nazareno.

Reflexión
Seguramente muchos hemos asistido a conferencias, ponencias de escritores y personas muy preparadas y hemos quedado asombrados por sus palabras. Quizá una ponencia motivacional, de marketing o religiosa. Me ha pasado varias veces y me quedo emocionado con las palabras e ideas que he escuchado. Más o menos así le pasó a la gente que escuchaba a hablar a Jesús. Como ya hemos dicho Jesús era una persona de la palabra, fácil de comunicarse con cualquier tipo de persona. El evangelio nos ha dicho que la gente se quedaba maravillada pero no sólo por lo que decía sino porque su vida reflejaba lo que su boca predicaba. Su vida y sus hechos hablaban por si solos. Hoy día, también hay muchos que hablan sobre Dios y lo hacen vida con sus hechos, pero son voces que la religión no quiere escuchar.

También en la religión de hoy existen algunos, como los letrados del tiempo de Jesús, que no desafían nunca el sistema, su predicación es la misma y nunca hablan de lo que en realidad esta necesitando el pueblo. Su mensaje se encamina en los pecados del individuo y olvidan el mensaje de Amor de Dios para todos. Cada vez más escuchamos predicaciones que usan el miedo como recurso de sumisión y opresión; predicaciones que hablan del infierno y del juicio final, etc. Rotundamente negamos tal mensaje. Dios no quiere que nos acerquemos a él por miedo, eso es contrario a su ser. Dios es Amor no condenación. La religión que usa un mensaje de condenación como recurso de mercadeo no es muy diferente de la religión que Jesús criticó. La Iglesia que usa este mensaje debe estudiar nuevamente su teología pues no es lo que nos dicen los evangelios. Los evangelios hablan del reino de Dios entre nosotros, no de purgatorios e infiernos. El reino de Dios debe ser la predicación de la Iglesia no el legalismos que enferman a los cristiano y cristianas llevándolo hasta el punto de la culpabilidad y obsesión por la purificación ¿No es acaso esto precisamente lo que atacó Jesús de los fariseos? Entonces ¿Por qué seguimos escuchando tales mensajes domingo a domingo en nuestras Iglesias?

Jesús vino a liberarnos
Jesús entro en el templo y sintió compasión de aquel hombre, de aquel pueblo. Lo libera y desenmascara el pecado de la religión. Él no podía concebir cómo la misma religión era la causante de discriminación, desprecio, condenación y marginación. Se para frente a todos y en las narices de los maestros de la ley libera a aquel pobre hombre del mal que no le deja vivir como ser humano. Jesús le devuelve su dignidad. Este es su misión y su mensaje es el reino de Dios pues ha venido a traer vida, a liberar al pueblo de todos esos males, vengan de donde vengan (de la religión, del poder político y económico). Hoy día también hay muchos demonios en nuestra sociedad que se tienen que expulsar, empezando por nuestra misma Iglesia y continuando por el poder económico-político que genera pobreza, exclusión, hambre, dolor, racismo…..todo aquello que lleva a los pobres hasta la locura.  Jesús vino a restituir la dignidad del ser humano y eso es lo que esta en juego hoy en día. 

Un mensaje para nuestra Iglesia
Esto debe ser el mensaje de la Iglesia: proclamar el mensaje de Jesús, que es el del amor de Dios a toda la humanidad. Ser signo vivo de ese amor de Dios. No manipular el mensaje de Jesús, ser servidores de la verdad y liberar al pueblo de esclavitudes y miedos. El Dios de los cristianos no es un Dios del temor sino del amor, que ama a todos por igual. Que nuestro Dios liberador y donde haya injusticias los cristianos y la Iglesia no deben callar. La Iglesia debe renovarse eliminando los residuos que la ligaban al poder político que obedecía al señor capital antes que a Dios. Hoy más que nunca debe optar por la vida y proclamar el reino de Dios,  con hechos y dejar el discurso adormecedor de conciencias. La Iglesia debe condenar el mal en todas las esferas y perder el temor a la perdida de poder y credibilidad, no debe buscar reconocimiento sino la vida del que sufre. Dejar su discurso que condena al pobre y amenaza con el fuego del infierno pero que hace oído sordo ante el gran pecado social en el mundo. La Iglesia toda, esta llamada a se sal y luz en el mundo proclamar el reino de Dios no el reino de la jerarquía.

¿Qué tipo de espíritus inmundos hay en la religión que se deben sacar? ¿Qué tipo de espíritus inmundo deben ser sacados de nuestra sociedad? ¿Qué esclavitudes vive la comunidad en la que yo vivo?

Amílcar Valencia


[1] La locura de aquel hombre representa en el evangelio de Marcos a todo el pueblo orillado por la religión que les lleva hasta la situaciones limites de perdida de la conciencia. Pero Jesús libera de las cadenas de la religión que oprime. Este también es un mensaje para nuestra Iglesia de hoy en día, a liberar al ser humano en vez de oprimir e infundir miedo.

18 de enero de 2012

3° Domingo del Tiempo Ordinario, Mc 1, 14-20


Proclamación de la Buena Nueva

14 Después que entregaron a Juan llegó Jesús a Galilea y se puso a proclamar la buena noticia de parte de Dios. 15 Decía:
                - Se ha cumplido el plazo, está cerca el reinado de Dios. Enmendaos y tened fe en esta
            buena noticia.
                       
16 Yendo de paso junto al mar de Galilea vio a cierto Simón y a Andrés, el hermano de Simón, que echaban redes de mano en el mar, pues eran pescadores. 17 Jesús les dijo:

- Veníos detrás de mí y os haré pescadores de hombres.

18 Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

19 Un poco más adelante vio a Santiago el de Zebedeo y a Juan, su hermano, que estaban en la barca poniendo a punto las redes, 20 e inmediatamente los llamó. Dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los asalariados y se marcharon tras él.
Palabra del Señor

Introducción
Estamos en el tercer domingo del tiempo ordinario, ciclo B, que corresponde al evangelio de Marcos (Mc). El texto para este domingo esta relacionado con el del domingo anterior pero con la diferencia que era del evangelio de Juan. Marcos nos ofrece este breve relato del inicio de la vida pública de Jesús sin muchos detalles. Nos relata de cómo el campesino de Nazaret se lanza a esta difícil pero necesaria empresa: predicar el reinado de Dios. Para ello también necesitó de un grupo de seguidores, a los cuáles hace pescadores de hombres. Así, según Marcos, inicia Jesús su ministerio.

El Encuentro entre Jesús y el Bautista
El evangelio de Marcos no parte de ningún presupuesto sobre la divinidad de Jesús, por ello no hace mención alguna de la infancia de Jesús. La identidad de Jesús será revelada poco a poco en su ministerio y su divinidad hasta el final del evangelio. Con ello pretende presentarnos a un Jesús totalmente humano, un hombre común y corriente. En el evangelio de Mc, Jesús aparece con motivo del testimonio del Bautista. Es decir que, Jesús fue atraído desde Nazaret (un pueblo pobre en Galilea) debido a la voz del profeta. Juan era un hombre que atraía a la gente, que hablaba con determinación y denunciaba el mal. Muchos se habían convencido que era una oportunidad liberarse del dominio romano. Por ello muchos viajaron hasta el Jordán para escuchar al profeta y bautizarse. Así fue como Jesús se encuentra con Juan. Jesús, como la gente que acudió al Jordán,  debió quedar fascinado por el testimonio de aquel hombre que hacía el trabajo de Dios. Se hizo bautizar por Juan. Marcos nos dice que después de eso Jesús fue empujado por el Espíritu Santo al desierto (Ver. 12-13)

Después que entregaron a Juan (ver. 14)
El profeta llamaba a todos a arrepentirse, su mensaje era fuerte contra los gobernantes, religiosos y todos aquellos que oprimían al pueblo. La suerte de Juan sería la misma de los sus antecesores. Por su compromiso con la verdad y proclamar el designio de Dios será arrestado, silenciado y tendrá un final trágico (Como sucede con todos los profetas del antiguo testamento, Juan es martirizado. También ha sucedido en nuestro tiempo, hombres y mujeres que se comprometen con la vida y la dignidad son silenciados: Gandhi, Martin Luther King, Oscar Romero, por mencionar algunos).  Entonces el movimiento (hoy podríamos llamarlo occupy Jerusalén, en alusión al movimiento civil occupy Wall Street) se había quedado sin voz, el líder de la liberación había sido arrestado por los herodianos y sentenciado a muerte. ¿Qué pasará ahora? ¿Qué hay de su mensaje? ¿Quedará en el olvido? ¿Seguirá el pueblo como antes o buscará la liberación? Eran momentos de incertidumbre, fue un golpe duro para los que esperaban en la liberación, había temor y parecía que todo se les venía abajo.

Llegó Jesús a Galilea[1] y se puso a proclamar la buena noticia de parte de Dios (ver. 14)
Entonces, nos dice el evangelista, ¿se acuerdan que en el momento del bautismo Jesús fue empujado por el Espíritu Santo al desierto? Pues aquí viene. Jesús pasó reflexionando sobre su misión en la tierra (una cosa que estamos llamados todos y todas a hacer).  Se preguntaba qué papel le tocaría jugar en esa realidad suya. ¿Qué debía de hacer para aliviar el sufrimiento del pueblo? ¿Cómo proclamar al pueblo que Dios les ama y que quiere que vivan bien? Claramente él había reflexionado esto durante mucho tiempo, pero tuvo su momento de desierto, de soledad, de angustia, de tentación. Escuchó la voz del Padre que le pedía que mostrara su amor a todos sus hijos e hijas. Entonces Jesús se alistó al proyecto de Dios e inició su misión. Proclamaba la buena noticia de parte de Dios, es decir que lo que Jesús decía era una buena noticia pero aún más profundo es que él mismo era una buena noticia.


Decía: - Se ha cumplido el plazo, está cerca el reinado de Dios (ver. 15)[2]
Convencido de que Dios quiere que el ser humano viva con dignidad y se abra a su amor, Jesús proclamaba que hoy es posible su reinado. Decía que Dios esta disponible siempre para la liberación, que su reinado está entre nosotros. Que se ha cumplido el plazo, que hoy es el tiempo oportuno para dejar a Dios ser Dios. En otras palabras diría “No mirar a tras” “Dios quiere construir un mundo más humano” “Ya es tiempo que recapaciten y se vuelvan a Dios” “Ya es hora que sea él el que gobierne, pues es justo, no como los gobernantes de la tierra” “Pongamos fin a los que causan dolor y oprimen al más pequeño” “Dios quiere hacer justicia”
¿De qué forma sucede esto?  Claro está que no es que Dios toma las riendas del mundo y se pone a hacer el trabajo de los hombres. Jesús encarna el reinado de Dios, lo hace vida en su vida, presente con sus acciones, encarnando el dolor y respondiendo amorosamente. Por lo tanto el reino se hace entre nosotros, se construye, ese el mensaje de Jesús, ese era el centro de su predicación.

Enmendaos y tened fe en esta buena noticia (ver. 15)
Muchos traducen conviértanse, pero esta palabra comúnmente tiene un significado espiritualista de conversión de los pecados. Claro que es importante esto, pero Jesús habla de cambiar de rumbo, no de irse a confesar o hacer actos de expiatorios. Es algo más profundo. Cambiar de mentalidad, dejar de hacer el mal al prójimo, velar por el bien de todos y dejar la indiferencia. Recapaciten y tengan fe, no dejen que los que nos oprimen tomen también nuestras ganas de luchar, anímense que Dios está con nosotros, confíen esta es una buena noticia para todos.

Jesús les dijo: -Veníos detrás de mí (ver. 16)
Jesús claramente tenía el don de la palabra, sabía hablar tanto a un letrado como a un niño. Era una de esas personas con las cuales da gusto juntarse porque son divertidas, irradian alegría, son honestas, sinceras y no ven el mundo blanco y negro sino un arcoíris de posibilidades y riquezas.
El evangelio no lo dice, pero seguramente entre estos primeros que escogió debió haber una gran amistad que luego fue conformándose en misión. Jesús tenía claro que a Dios le duele la injusticia y que necesario comprometerse de lleno en la lucha por otro mundo posible. Pero esta empresa no se construye sólo, es un trabajo colectivo, por ello llama a quienes estaban dispuestos a seguirle.

Y os haré pescadores de hombres (ver. 16)
Conversó con sus amigos, reflexionaron juntos y les invitó a embarcarse a una tarea diferente. Les cambió el rumbo de sus vidas. Eran pescadores y por herencia tenían una barca y una profesión. Eran buenos en lo que habían hecho toda su vida y ahora Jesús les reta a hacer algo totalmente nuevo. Les invita a que lo acompañen, a que lo sigan, a que caminen con él. Jesús mismo los busca, no los espera como el tradicional Rabbí, sino va a su encuentro. Les pide que dejen su trabajo y se vayan con el para continuar la tarea que el Bautista había empezado. Es una invitación a la inseguridad.
Les dice que les hará pescadores de hombres, es decir portadores de esta buena noticia a los que sufren de hambre, de injusticias, de guerras, de intolerancia. A decirle al mundo que Dios es amor y ese amor se hace presente hoy.  Su misión no sería sencilla, los pescadores también tenían que atraer peces a su barca, es decir, convencer a otros que están contaminados por otro tipo de ideologías contrarias al evangelio e invitarlos a ser parte de la comunidad cristiana. Así inició la primera comunidad de seguidores de Jesús, los primero cinco en este viaje que los llevaría a lugares que nunca imaginaron y transformaría su vida entera.



El Evangelio hecho Vida (Reflexión)

El Profeta Juan y sus seguidores, Jesús King y Romero
Jesús proclamaba la buena noticia de Dios para la gente de su tiempo. En una situación de dominación, opresión del imperio y  la religión la gente más pobre en verdad no veía salida. También la moral y la fe del pueblo estaba quebrantada, los que dominan la esfera política y religiosa también pueden dominar el ánimo del pueblo. Herodes envió un gran mensaje a todos aquellos que intentaran pasarse de listos y luchar contra su poder, capturó al profeta Juan y lo mando a decapitar. Eso desalentó a muchos. Pero Jesús era uno de esos que aún veían que era posible hacer vida las palabras del profeta. Inspirado por el Espíritu Santo decide ser fiel a su llamado por Dios e inicia su predicación.
En nuestro entorno también sucede que los que tienen poder silencian a los que trabajan por la justicia. Pero hay algunos que no se dejan vencer y buscan creativamente resistir en contra del sistema que genera mal. Este es el ejemplo de Martin Luther King en los Estados Unidos y el de Oscar Romero en El Salvador. Hombres de fe que fueron fieles a su llamado por aliviar el dolor del mundo comprometiendo hasta la propia vida por la defensa de los derechos humanos.

Jesús después de clarificar su vocación proclama la buena noticia la los pobres
La buena noticia era que Dios esta a favor de los pobres pero no quiere que vivan en la pobreza. Él y aboga por un cambio de mentalidad, de conversión de todas las cosas que oprimen al ser humano. Quiere que haya vida y dignidad. Hoy día para los hombre y mujeres de nuestro tiempo Jesús sigue abogando porque ese otro mundo sea posible. Hoy es preciso ser buena noticia en una sociedad donde abundan las malas noticias. Es necesario que los cristianos nos comprometamos con la misma causa de Jesús. Es un escando que los cristianos no respondamos como Jesús lo haría ante el dolor de mundo.  Debemos responder amorosamente como Dios manda ante este mundo roto y oscurecido por el pecado social y la injusticia. Las voces de los que sufren nos llaman a ir hacia ello y ellas, a proclamar las buenas noticias de Dios.

Invitó a la conversión
Jesús pedía un cambio, decía conviértanse, crean y sean fieles a la buena noticia, sigan la buena nueva. Qué difícil es seguir la buena nueva, que difícil es cambiar el chip cuando nos hemos acostumbrado a vivir como la sociedad dicta. Esta sociedad materialista nos bombardea con mensajes anti-cristianos: consumismo y confort. Acostumbrados a vivir en un sistema que promueve el individualismo, el consumo desmedido, el goce de la tecnología y bienestar pero pasando por sobre otros. En los Estados Unidos se promueve el consumo de lo mejor en tecnología, productos de la mejor calidad, pero todo ello se construye en maquilas en China o Latinoamérica con mano de obra barata. Los costos del progreso lo pagan los países subdesarrollados, mientras que en el primer mundo se vive como se quiere sin importar el dolor de las manos que trabajan para llevar hasta el norte lo mejor de sus países dejándoles con las sobras y migajas de su propia tierra. Lo peor de todo es que los cristianos contribuimos a ese sistema sin pensar en las consecuencias del goce desmedido. Debemos cambiar. Debemos reflexionar de que forma mis acciones afectan la vida de otros y de nuestra madre naturaleza. También debemos cambiar todas esas otras injusticias que están a la vista de todos.
Debemos cambiar nuestro rumbo para poder seguir la buena nueva. Para poder vencer todo ese mal los cristianos debemos volvernos a Jesús y se mensaje, cambiar y rectificar. No podemos seguir viviendo como si nada pasara en el mundo. “Despierten nos diría Jesús, no ven que el mundo se cae en pedazos y ustedes que se dicen mis seguidores no hacen nada por remediarlo”  conviértanse, cambien de rumbo sus vidas y las de sus hermanos que sufren….

Invitó a otros a unirse a su barca
Jesús no se sentó a catequizar primero ni a dar un curso bíblico, él era un hombre de la acción y el testimonio. Corrió hasta estos y les invitó a seguirle, les convenció de que hay algo mucho mejor que sentarse a esperar que otros hagan algo para que el mundo cambie. Hoy necesitamos contagiar a otros de esa alegría de ir al necesitado con amor y entusiasmo. Ir a ser testigos en el mundo, de hacernos pescadores de hombres y mujeres.  Hoy es el tiempo apropiado para cambiar e ir a transformar las vidas de otros. Hoy es el tiempo junto para iniciar a transformar este nuestro mundo lleno de dolor y ser una sola comunidad que camina por el mundo buscando hacer solo la voluntad de Dios. Hoy es tiempo de convertirnos en verdadero seguidores de Jesús como lo hicieron los primero discípulos “Inmediatamente dejaron las redes y se marcharon tras de él” Dejar que él sea nuestro guía en este turbulento mar de la vida, ponerlo al frente de todo lo que hagamos. Este es el llamado para todos los cristianos y cristianas. Este es llamado para la Iglesia toda.

Amílcar Valencia



[1] Se sitúa en la provincia del norte, Galilea, alejada del centro religioso y político del país y abierta al mundo pagano. Se presenta como profeta, transmitiendo de parte de Dios «la buena noticia».
[2] Comúnmente pensamos que la expresión Reino de Dios se refiere al cielo. Pero no es así, Jesús no se esta refiriendo a un lugar, sino a un grupo de personas que se abren a la novedad de la vida conforme Dios quiere. El reino está donde hay vida y dignidad. Por ello dice “El reino de Dios está entre ustedes” Lc, 17, 21. También es importante denotar que el reino de Dios tiene dos dimensiones, una terrenal y otra futura. De la primera es de la que nos habla Jesús y de la que nosotros podemos participar, de la segunda es esperanza y depende de Dios y el Dios de Jesús es todo amor.

11 de enero de 2012

2° Domingo del Tiempo Ordinario, Juan 2, 35-42


Proclamación de la Buena Nueva
35 Al día siguiente, de nuevo estaba presente Juan con dos de sus discípulos 36 y, fijando la vista en Jesús que caminaba, dijo:
 - Mirad el Cordero de Dios.
 37 Al escuchar sus palabras, los dos discípulos siguieron a Jesús. 38 Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les preguntó:
 - ¿Qué buscáis?
 Le contestaron:
 - Rabbí (que equivale a «Maestro»), ¿dónde vives?
 39 Les dijo:
 - Venid y lo veréis.
 Llegaron, vieron dónde vivía y aquel mismo día se quedaron a vivir con él; era alrededor de la hora décima.
 40 Uno de los dos que escucharon a Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro; 41 fue a buscar primero a su hermano carnal Simón y le dijo:
- Hemos encontrado al Mesías (que significa «Ungido»).
42 Lo condujo a Jesús. Jesús, fijando la vista en él, le dijo:
- Tú eres Simón, el hijo de Juan; a ti te llamarán Cefas (que significa «Piedra»).

Palabra del Señor

Introducción
Hoy celebramos el 2° domingo del tiempo ordinario. Aunque para este ciclo el evangelio principal es Marcos hoy la liturgia nos propone el evangelio de Juan. Este relato nos presenta el proceso de llamamiento de sus discípulos, que en este caso concreto, son los discípulos de Juan quienes se acercan a Jesús sin que éste les haya llamado.

El evangelista
Cuando nos acercamos al evangelio de Juan debemos recordar que es muy diferente de los sinópticos en cuanto a redacción y en su mensaje. El evangelista presenta los textos con un mensaje muy profundo, detrás del simple relato hay muchos elementos que hay que tomar en cuenta a la hora de reflexionar. Brevemente vamos a ver algunos elementos de importantes sobre este texto en concreto.

Al día Siguiente de nuevo estaba Juan con sus discípulos
El evangelista antes ha hablado del testimonio de Juan el Bautista, han pasado dos días (en la narración desde el versículo 19). Entonces, el tercer día es cuando Jesús se pasa frente a Juan y sus discípulos. Nos da a entender que la misión de Juan no termina sino hasta que el mismo Jesús comience la suya. Juan estaba con dos de sus discípulos, convocados por el testimonio del profeta y por el bautismo. Pero todos ellos estaban a la expectativa de la llegada del cordero de Dios. Juan lo había dicho antes “entre ustedes hay uno que no conocen y que viene después de mi” (Jn 1, 26). El bautista conocía el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn 1, 29) pero sus discípulos no.

Mirad el Cordero de Dios
En esta ocasión el evangelista sólo dice el “Cordero de Dios” no como antes había dicho en el versículo 29 “El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. En la tradición judía el Cordero de Dios recuerda la noche de la liberación del dominio Egipcio. La noche en la que las familias hebreas sacrificarían un cordero sano, sin marcas, en sacrificio por la liberación. Era la noche en la que Dios liberaría al pueblo. Juan nos dice pues, miren ese es el que trae liberación, ese el Cordero de Dios.
El pecado del mundo a veces mal entendido en nuestra Iglesia, donde se acentúa el sólo el pecado personal y no el pecado social. Pero en la tradición bíblica “el pecado del mundo” continuamente se refiere a la opresión e injusticia de los pobres de Yavé. El cordero de Dios libera de las cadenas que atan al ser humano y no le dejan ser libre y feliz. El cordero de Dios anunciará el reinado de Dios y proclamará el año de gracia (Lucas 4, 17-ss)
Juan nos pone en perspectiva el futuro de Jesús. El inaugurará la nueva pascua, la nueva liberación. El cordero de Dios jugará un papel decisivo, su vida y su sangre derramada serán fuente de vida y liberación.

Al escuchar sus palabras, los dos discípulos siguieron a Jesús
Juan les señala el Cordero de Dios. Ellos se van y lo siguen. Aquí hay un alto grado de humildad y pequeñez del Bautista. Los teólogos afirman que en las comunidades Joánicas había cierta tensión entre los seguidores de Juan el Bautista por ello el evangelista les recuerda que Juan no era el Mesías y resalta la humildad de Juan como elogio. Juan es sólo un testigo Juan no era la luz, sino uno enviado a dar testimonio de la luz (Jn 1, 8) También se afirma que luego de la muerte del Bautista sus discípulos se volvieron seguidores de Jesús.

Seguir significa: caminar junto a otro que señala en camino. El texto dice que los discípulos siguieron a Jesús, con ello Juan nos quiere decir que los discípulos quieren conocer a Jesús, quieren saber quien es, quieren saber su manera de vivir. Es la actitud de un discípulo que sigue las huellas de su maestro, quieren vivir como él. Probablemente una tradición de la época era que los aspirantes a discípulos eran invitados por el maestro a quedarse con el para ver cómo vive.

Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les preguntó: -¿Qué buscáis?
Juan quiere dejar claro lo que significa seguir a Jesús. ¿Qué buscáis? Una pregunta tajante a los discípulos, ¿buscan a Jesús porque uno los manda o porque quieren ser verdaderos discípulos? Jesús pudo haber dicho: “¿Por qué me buscan? ¿Qué esperan de mí? ¿Qué creen que puedo darles?” Con esta pregunta el evangelista también nos advierte que hay seguimientos equivocados de Jesús.

Le contestaron: - Rabbí, ¿dónde vives?
Juan aplica ahora un nuevo título a Jesús “Rabbí”, es decir maestro. Contrapone a los escribas estudiosos de la ley con Jesús. Aplica el titulo de maestro a Jesús, es decir uno que instruye, que enseña. Pero Jesús no era ningún erudito, primero porque no tomo ningún curso en Gamaliel. Conocía las escrituras como todo judío, pero probablemente solo podía leer.
Los discípulos aceptan a Jesús como guía por eso lo llaman Maestro, quieren seguirlo. Pero a la pregunta de Jesús ellos responden con otro pregunta ¿Dónde vives? La pregunta parece simple, pero de nuevo el evangelista es profundo. Los discípulos no quieren conocer la casa de Jesús, ellos quieren en verdad conocerle. No preguntan por la doctrina de Jesús, sino por su vida.

Venid y lo veréis.
Esta es la respuesta de Jesús, vengan y se convencerán. Si los discípulos buscaban un lugar donde quedarse y ser instruidos, no lo encontrarían. Pero si querían ser verdaderos discípulos del maestro entonces verán. Por ello los discípulos aún no tienen nombre, serán nombrados después de conocerle, entonces verán el lugar donde Jesús esta. Entonces, ¿Cuál es el lugar de Jesús? Sencillamente podemos decir que su lugar es el lugar de la vida y de la búsqueda del reino, el lugar de los olvidados y marginados.

Llegaron, vieron dónde vivía y aquel mismo día se quedaron a vivir con él
Después de ver se convencieron y se quedaron con el, es el inicio de la nueva comunidad, la de Jesús-Mesías. Hay una ruptura en el tiempo además. Eran las cuatro de la tarde, es decir el inicio de otro día que también era la hora del sacrificio del cordero. Así, la nueva comunidad es también parte de la nueva liberación por el cordero de Dios. Es el comienzo de una nueva humanidad.

Hemos encontrado al Mesías (que significa «Ungido»)
De nuevo Juan aplica otro título a Jesús: Mesías. Uno de los discípulos era Andrés, hermano de Simón. El otro no tiene nombre, probablemente el mismo sea el discípulo amado, Juan al que se adjudica este evangelio. Juan es el discípulo que nunca deja al maestro, que lo acompaña hasta la muerte. Estos discípulos habían estado con el maestro y fueron a contar a otros lo que habían visto. Andrés va y le cuenta a su hermano Simón, al que Jesús llamará roca, por su testarudez y sus arrebatos, pero que puede transformar su vida en fortaleza. En este texto Pedro representa al incrédulo, pues no dice nada, no ve claro cómo Jesús puede ser el Mesías. El evangelista también reconoce la importancia de la figura de Pedro en las primeras comunidades por ello lo menciona tan temprano en el evangelio aunque aún no es discípulo de Jesús.  


Reflexión
El evangelista hoy nos ha iluminado genialmente lo que significa ser discípulo de Jesús. Dialogo que surge entre Jesús y sus primeros seguidores fue una experiencia inigualable. Estos estos estaban ya con un maestro, pero éste les dice que no es a él a quien tienen que seguir, que él es simplemente un testigo de otro que viene tras suyo, uno que bautizará con el poder del Espíritu Santo. Juan estaba consiente de su misión y de sus limitaciones, no se acomoda y no pretende hacer una escuela de seguidores. Juan tiene una misión, preparar el camino para el Mesías. Él reconoce su pequeñez y no infunde falsas esperanzas entres sus seguidores. Les enseña que hay algo mucho más grande que esta llegando, que hay algo novedoso por llegar. Los discípulos comprenden y se emocionan por conocer a ése que quita el pecado de mundo.

Estaban allí hablando de todo eso cuando pasa frente a ellos Jesús. Jesús no es uno que venía detrás, hoy esta pasando entre nosotros, viene quien nos trae liberación. Podemos resumir el texto así: “¿Qué buscan?”  “¿Maestro donde vives?” “Vengan y lo verán”

¿Qué buscan?
Los primero seguidores vieron en Jesús a uno que tiene una chispa nueva, que hay algo en su persona que atrae a muchos. Vieron que era un hombre cabal, un ser humano con los pies en la tierra y con la mirada en el reino. Eran hombres del pueblo, oprimidos por le imperio y por sus mismos dirigentes; vivían bajo el domino romano, bajo los abusos de la religión y el legalismo de los fariseos. Creían como Jesús en la liberación de la que hablaba Juan. Estos discípulos identifican en Jesús al liberador de Israel, el salvador, el que trae el mor del Padre. Buscaban en Jesús lo que la religión les negaba: pensar, luchar por la liberación; creían que Jesús traía esa liberación. Eran hombres sedientos de justicia y vieron todos sus deseos cumplidos en la persona de Jesús.

¿Maestro donde vives?
Este maestro no es el que les daba una clase bíblica o de moral, era uno que les enseño con su vida qué significa ser discípulos. Jesús nunca se aplicó el titulo de maestro así mismo, el más bien lavó los pies de sus discípulos, decía que hay que hacerse el más pequeño y el servidor de todos. Tampoco tenía casa “Las zorras tienen cuevas y las aves tienen nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza” (Lc 9, 58)
Los discípulos  querían ser como su maestro, adoptar su estilo de vida. Preguntaron por el lugar donde Jesús vivía porque querían saber cuál es le lugar del Mesías en el mundo. Claramente no era en el templo sino entre la gente que sufre. Ellos querían adoptar también ese mismo lugar de su maestro, hacer su morada con él.

Este es el lugar de Jesús:
  El lugar de los pobres, “Dichosos ustedes los pobres, pues de ustedes es el reino de Dios” (Lc 6, 20)

  El lugar de los marginados, “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos” (Mt 19, 14);

  El lugar de los enfermos, A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa (Mc, 2,11)

  El lugar de los despreciados, “En esto se le acercó un hombre enfermo de lepra, el cual se puso de rodillas delante de él y le dijo: -Señor, si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad. Jesús lo tocó con la mano, y dijo: --Quiero. ¡Queda limpio!” (Mt 8, 2-3)

Vengan y verán
Esa es la invitación de Jesús, vengan y se convencerán de que les hablo. Jesús creía en la liberación del pueblo pero no creía en la fuerza. La fuerza de su mensaje está en su testimonio, encarna la palabra y la hace vida mostrando el amor del Padre para todos. Ellos fueron y se convencieron, siguieron a Jesús y fueron sus testigos.

Para la reflexión personal
Juan motivaba a sus discípulos a estar atentos al paso del Mesías. Él tenía claro que era limitado y no representaba la liberación para Israel ¿Cuántas veces nos hemos acomodado pensando que con el hecho de asistir a misa y comulgar y hacer oración ya hemos cumplido?

¿Ser cristiano significa algo más para mí, me siento llamado por Jesús a ser su discípulo-discípula en el mundo? ¿Qué significa ser discípulos y discípulas de Jesús en el entorno donde vives?

Hoy Jesús también nos pregunta ¿Qué buscáis? ¿Qué te motiva, qué te hace caminar y ver el horizonte? ¿Qué buscas en Jesús hoy?

Jesús nos invita a encontrarle en el lugar donde él ha querido quedarse, en los pobres, marginados, encarcelados, inmigrantes, enfermos, etc. ¿Le buscamos ahí, o solo en el templo, sólo en los sacramentos?


Amílcar Valencia


8 de enero de 2012

Epifanía del Señor Mt 2,1-12, Ciclo B 2012


Proclamación de la Buena Nueva
1 Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes. En esto, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén
2 preguntando:
 - ¿Dónde está ese rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a rendirle homenaje.
 3 Al enterarse el rey Herodes se sobresaltó, y con él Jerusalén entera; 4 convocó a todos los sumos sacerdotes y letrados del pueblo, y les pidió información sobre dónde tenía que nacer el Mesías. 5 Ellos le contestaron:
 - En Belén de Judea, así lo escribió el profeta: 6 Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá: pues de ti saldrá un jefe que será pastor de mi pueblo, Israel
 7 Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran cuándo había aparecido la estrella; 8 luego los mandó a Belén encargándoles:
 - Averiguad exactamente qué hay de ese niño y, cuando lo encontréis, avisadme para ir yo también a rendirle homenaje.
 9 Con este encargo del rey, se pusieron en camino; de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta pararse encima de donde estaba el niño. 10 Ver la estrella les dio muchísima alegría.
 11 Al entrar en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas le rindieron homenaje; luego abrieron sus cofres y como regalos le ofrecieron oro, incienso y mirra.
 12 Avisados en sueños de que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.
 Palabra del Señor

Introducción
Este domingo celebramos la fiesta de la Epifanía del Señor. Epifanía significa manifestación, la manifestación de Dios en los hechos de la historia del pueblo, manifestación en la naturaleza y manifestación en personas. La biblia está llena de esta manifestación de Dios. Abrahán recibe a Dios en su tienda, Jacob lucha contra Dios, Moisés ve a Dios en la zarza ardiente, a Isaías Dios se le manifiesta en el templo, etc. Hoy celebramos esta gran manifestación de Dios a los hombres y mujeres. Hoy celebramos que Dios se ha hecho uno de nosotros, asumiendo nuestra carne, nuestras debilidades, nuestra condición para liberarnos desde abajo. Este es un hecho trascendental sobre la compresión de Dios. El Dios todo poderoso nos dice que la salvación viene desde lo humano, desde los mismos que son oprimidos[1].

La Visión de Mateo
En el contexto del evangelista, este relato es parte de la presentación de Jesús como Mesías prometido desde antes por los profetas. De nuevo es importante recordar que este es un relato con una intención teológica, no histórica. Es decir que no pretende contarnos exactamente lo que sucedió sino transmitirnos su mensaje. El redactor, que probablemente no haya sido el mismo Mateo sino uno de sus discípulos quien recogió la tradición de la comunidad, era un judío que conocía la tradición de los profetas. En este relato aparece la cita del profeta Miqueas (5,1) en la que dice que el Mesías ha de nacer en Belén, pues aunque la más pequeña es la casa del Rey David y también realza la visita de los reyes de la tierra (Salmo 71)

La astucia de Mateo
Los que llegaron a ver al hijo de Dios fueron unos estudiosos o astrólogos. La tradición posterior (Siglo IV) les llamó reyes y hasta les bautizó con nombres. Lo cierto es que fueron estos personajes eran científicos que buscaban adelantarse a los acontecimientos.

Los sabios habían visto un astro que nació en oriente, con ello el evangelista contrapone el nacimiento del Mesías que será rey de los Judíos con el rey Herodes que no puede ser nunca rey de los Judíos pues no es Judío y tampoco es descendiente de David. Pero he aquí, nos dice el redactor “de ti saldrá un jefe que será pastor de mi pueblo, Israel”, refiriéndose a Jesús.

Mateo hace esta gran comparación entre los sabios de oriente y los sabios de Judea, en pocas palabras se burla de la sabiduría de los maestros de la ley. En el texto lo encontramos así: “Al enterarse el rey Herodes se sobresaltó, y con él Jerusalén entera; convocó a todos los sumos sacerdotes y letrados del pueblo, y les pidió información sobre dónde tenía que nacer el Mesías”. Esto es genial, ¿Cómo es posible que unos extranjeros hayan sido capaces de saber el lugar y la fecha del nacimiento del Mesías, mientras que los propios sabios de la ley pasaron desapercibidos? ¿Cómo es posible que estos que no son de la tradición judía, personas extrañas a la tradición bíblica viajaron de tierras lejanas para adorar al Mesías?

El evangelista  dice además que fueron estos los que le contaron a Herodes el motivo de su visita a Belén. Entonces el rey se inquieto. Se puso a investigar y hacer planes para liquidar al niño. Los sabios después de adorar al Mesías se regresaron por otro camino.

¿Cuál es el mensaje de este evangelio?
En primer lugar muestra al pueblo judío (pueblo elegido) que ellos no estaban de verdad atentos para recibir la llegada del Mesías. En cambio, los paganos y extranjeros estuvieron atentos a las señales de los astros donde Dios se manifestó[2] y fueron a adorarle. Llegaron entusiasmados de tal descubrimiento y ofrecieron lo que tenían.
También nos presenta lo que será la vida de Jesús. Rechazado por su propio pueblo, especialmente por los que gobiernan y por los religiosos de su tiempo. Será calumniado, perseguido y llevado a la cruz.
Otro mensaje importante de este texto es que Dios trae la salvación para todos. Que su amor se extiende más allá de las fronteras, o mejor dicho que su amor no tiene fronteras. Es uno de los primeros relatos del evangelio y ya nos está cambiando nuestra manera de pensar. Dios ama a todos y trae la salvación para todos, incluso para aquellos que no nos imaginamos, para los que no son creyentes o no profesan nuestra misma fe. Es una anticipación del ministerio de Jesús, del universalismo de su predicación. Un evangelio que no hace distinciones.
Finalmente nos dice que podemos ser muy estudiosos de la biblia, conocer, leer y tener doctorados en escrituras, pero aun así podemos desconocer a Jesús. Sucede en nuestros días y lo vemos mucho. Iglesias que se consideran las únicas poseedoras de la verdad, cristianos que ven de menos a otros, especialmente a los más pobres e iletrados, ministros que ponen más atención al altar mientras que el niño está naciendo en otro lugar (no en el altar sino en los pobres).


[1] Esta es la teología trascendente de la que nos hablan los teólogos latinoamericanos. Dios es uno de nosotros y desde su propio abajamiento nos trae la liberación. Es un potente mensaje para los que luchas en contra de sistemas que oprimen. Con ello el oprimido se ve como sujeto de su liberación y no objeto.
[2] Dios se manifiesta de muchas maneras, lugare
s y experiencias, pero ello quiere decir que Dios no esta en un lugar, en un acontecimiento. Dios esta en todo. Por ello hay que buscarle siempre.